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La Patria 100 años - Capítulo 13
Capítulo 13
No todo lo
que brilla…
La próxima parada se ubica en la riqueza natural y mineral del suelo caldense, que antiguamente fue aprovechado y trabajado por los ancestros como método de supervivencia y hoy son parte de la identidad cultural y económica de los centros poblados actuales.


Herencia
Asimismo, se resalta cómo las actividades económicas en la actualidad pueden estar ligadas a una tradición cultural heredada por los antiguos pobladores caldenses e incluso de los ancestros que habitaron esta tierra mucho antes de que tuviera nombre.

Por eso, De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Empleo e Innovación de Caldas, los principales minerales explotados en el departamento son: oro de filón, oro aluvial. De la misma manera, pueden encontrarse materiales de construcción como arenas, gravas, arcillas, asfaltita, piedra caliza, talco, serpentina entre otros.
Jacuzzis naturales
Evidentemente, las montañas caldenses están vestidas con mucho más que grandes tejidos compuesto por árboles de cafeto; esta topografía cuenta con una alta variedad de recursos naturales, entre esos las aguas termales, su gran mayoría en Villamaría, dada su cercanía al Parque Nacional Natural Los Nevados.

Estas corrientes provienen de capas subterráneas que están a mayor temperatura, son mucho más que “jacuzzis naturales”; de hecho, portan componentes minerales que sirven a hidroterapias como baños, inhalaciones, irrigaciones y calefacción.
Baños
Y es que, por esta razón, el turismo alrededor del termalismo en Caldas ha tenido un amplio crecimiento, si se miran los números previos a la pandemia de covid-19. En noviembre de 2018, el profesor José Luis Legido Soto, español experto en aguas termales y sus desarrollos medicinales, destacó para LA PATRIA Radio que en Europa aprovechan profundamente este recurso natural y que este representa un aspecto fundamental para la economía regional de Galicia, al noroccidente de España.

Legido Soto explicó que los agentes de estas aguas pueden utilizarse como elementos terapéuticos para el bienestar de la salud y también pueden usarse como fuentes de bienestar, lo que favorece el cuerpo humano, pues brinda descanso y reparación.

Agregó, entonces: “Lo primero es conocer. Cuando uno tiene un recurso debe conocerlo bien y para ello hay que estudiarlo. Allí hay que saber lo que se tiene, en qué condiciones está, qué características tiene, para qué puede servir, compararlo con otros sitios donde lo aplican”.
Precio y preciado
Hace 45 años comenzó a hacer carrera en el departamento la fiebre por descubrir más allá del uranio, elemento apetecido, sobre todo, en la producción de energía nuclear o atómica. Con ello se abría una puerta enorme a una explotación que no se ha logrado con el paso de los años.

El domingo 23 de septiembre de 2012, LA PATRIA contó cómo en 1978, un grupo de geólogos franceses viajaron desde La Dorada (Caldas) a Sonsón (Antioquia). Ellos tenían como fin explorar tierras antioqueñas en busca de uranio, por lo que llevaban todo el equipo necesario para la actividad.

Sin embargo, cuando cruzaban en carro por la vereda San Juan Alto (Samaná), al oriente de Caldas, la alarma de uno de los sensores para detectar uranio empezó a sonar. Los extranjeros, atónito, se bajaron del vehículo y encontraron una roca mineralizada en una franja de tres a cuatro metros sobre la vía.

El uranio, ampliamente apetecido por las grandes multinacionales mineras por ser un metal químico capaz de generar energía y llegar a reemplazar, incluso, a hidroeléctricas, termoeléctricas y toda generación de energía por medio de hidrocarburos, aparecía en medio de la tupida vegetación del oriente caldense.
Actualidad
A pesar de esto, la Secretaría de Desarrollo Empleo e innovación de Caldas aseguró: “Actualmente en el departamento no se realiza ningún tipo de actividad minera, ya sea exploratoria o de explotación relacionada con el uranio”.
La empresa Gaia Energy, filial de la canadiense U3O8 Corp, lleva tres años explorando para definir si vale la pena explotar. Sobre su impacto opinan comunidades, autoridades y expertos. Responde la compañía”. Sin embargo, la secretaría de Desarrollo de Caldas indicó que la empresa tuvo dificultades de índole económico y suspendió sus actividades.
El pasado lunes 2 de agosto del 2021, LA PATRIA publicó un extenso reportaje denominado 

"Uranio irradia dudas en la vereda San Juan de Samaná (Caldas)", en el que se contò còmo los habitantes de esa vereda manifiestan claras inquietudes ante la presencia de una bodega con núcleos mineralizados de uranio, a 100 metros de la escuela y de casa. La incomodidad sigue allí, aunque la empresa dueña y las autoridades aseguran que no existe riesgo por la presencia del material allí.
Oro en la calle
Una fiebre aurífera se vivió plenamente a la luz del sol y en plena calle en Manizales en la década de 1980. Decenas de personas corrieron al costado norte de la capital caldense con miras y deseos de poder recoger algo de oro y poderlo convertir en su propia riqueza. La historia es única, a pesar de haber durado casi lo mismo que la misma fiebre que condujo a este frenesí.

LA PATRIA registró el 13 de noviembre de 1984 que un habitante del barrio El Solferino, conocedor de minería, al pasar por la construcción de la Avenida Kevin Ángel Mejía, notó en el buldócer de la obra un color especial que indicaba la existencia de oro.

Al correr la noticia, cerca de dos mil familias de escasos recursos de la ciudad llegaron a probar suerte en la que denominaron la mina de El Porvenir, sector donde –según se contaba– se ubicaba el milagroso oro.

“De este mazamorreo estamos derivando nuestro sustento y el de nuestras familias”: indicó en ese entonces uno de los buscadores de oro.

También quedó plasmado en LAPATRIA, junto a imágenes y otros testimonios: “Aquí todo lo que brilla sí es oro manifestó el aludido buscador de fortuna y para probar su aserto nos mostró un sedimento de arena amarilla que resultó ser el ansiado oro”.

Los buscadores de oro en 1984, en plena zona de construcción al norte de Manizales, casi como rebuscando un tesoro entre cientos de familias que acudieron a este lugar, casi que religiosamente, en búsqueda de un nuevo Dorado.
El pesebre de oro
Desde muy temprano, en la década de 1930, LA PATRIA se preguntaba sobre la sostenibilidad de la explotación minera en Marmato y Supía.

Así se conoce a Marmato, pues a la distancia puede divisarse cómo varias viviendas se ubican en la parte alta de este municipio, en la montaña de oro, un paisaje muy similar al de un pesebre. Al llegar a este pueblo y empezar a adentrarse en la parte alta, es normal encontrarse con los ingresos a las minas que rompen completamente con un panorama tradicional de cualquier otra municipalidad.

Las carreteras son estrechas, los escombros numerosos y el polvo de la tierra está por todos lados. Es otro mundo diferente, una tierra de mineros que están por todas sus partes, descamisados y con botas, con arena en el rostro y una capa de sudor, pruebas claras de la labor ardua que cumplen en estos calurosos socavones.


Línea de tiempo
Son mineros artesanales los que en su mayoría trabajan en Marmato y lo interesante es que estas tierras siempre han sido explotadas, incluso desde antes de la llegada de los españoles.

La siguiente es una línea de tiempo basada en aportes de Rubén Rotavista, líder minero, y “Marmato. Un pueblo anclado en una montaña de oro”, artículo del historiador caldense Albeiro Valencia.
El minero de hoy
Gracias a estos datos históricos del municipio de Marmato es fácil deducir que a través de la historia las características del minero se han mezclado entre indígenas, afros y antioqueños. Entonces ¿cuáles son los atributos del minero artesanal marmateño de hoy tras siglos de explotación?

Para el historiador caldense Albeiro Valencia Llano, en estas tierras hay un “minero pobre, independientes y libre, conocido como guacheros”, que pueden ser jóvenes o viejos, pero que tienen que afrontar dinámicas o circunstancias que muchas veces están en su contra.

Agregó: “Para mí, la persona más importante que debe ser el heredero de ese cerro es el minero artesano e independiente que trabaja a toda hora y solo tiene tiempo para comer y dormir, pues ese minero es la figura de Marmato y es el heredero de todo ese proceso que viene desde antes de llegar los españoles hasta hoy”.
Testigos
Por otro lado, José Yamil Amal Cataño, dueño de dos minas en Marmato, contó que el minero de hoy es una persona abnegada que ha mejorado moralmente en comparación con el antiguo minero, ya que “anteriormente los mineros de todo el país lo que conseguían con ese arduo trabajo se lo malgastaban en burdeles y juegos”, según relató.

Rubén Darío Rotavista Vanegas, líder minero del municipio de Marmato y activista social, comentó que los mineros de hoy son altamente trabajadores: “La jornada de trabajo inicia muy temprano, alrededor de las 5:00 a.m., llegan a las minas a las 7:00 a.m. para iniciar sus labores que, por demás, son bastantes desgastantes, pues es un trabajo muy difícil, aunque –indicaron- es algo que se trae en la genética, la costumbre de uno trabajar constantemente en la mina”.
La botella del minero
José Yamil Amal narró una de las enseñanzas que su padre les dejó a los trabajadores mineros: “Me acuerdo muy bien que unos amigos mineros de él, de raza negra, les fue muy bien en una molida y empezaron a gastarse la plata”. El padre de Yamil compró una botella de aguardiente y una de leche, llamó a los mineros y les dijo: “¿Bueno, ustedes por qué toman tanto trago?” Los mineros contestaron que “el trabajo era muy duro y era una manera de escape”.
El hombre sacó las botellas de aguardiente y de leche y les preguntó a los mineros el precio de cada una, pues ambas contenían un litro, pero la de alcohol era mucho más costosa. “Mi papá les dijo que claramente la de aguardiente era más costosa, pero ¿cuál le aprovecha más a usted y a su familia? Entonces, ¿por qué hacen eso? Cuestionó a los mineros nuevamente dejándolos sin palabras”.
Los gajes del minero
Si hay algo que seguramente recordará algún caldense al hablar de minería, son los lamentables accidentes y tragedias que han sucedido a lo largo de la historia regional. Muchas de estas han marcado por siempre la vida de los pobladores de aquellos municipios mineros, así como a los mismos trabajadores que, a pesar de conocer muy bien los peligros a los que están expuestos, siguen arriesgando sus vidas cada día para conseguir el sustento que mantendrá el pan caliente sobre la mesa de sus familias.
Rubén Darío Rotavista expresó que la minería es una actividad tan peligrosa que solo se compara con la de las fuerzas militares: “Las dificultades que tienen los mineros tradicionales son la manipulación de materiales como explosivos y la madera”.

El líder minero considera que la accidentalidad se puede prevenir realizando una buena planificación minera: “Es decir, yo tengo una mina a tantos metros, la otra no la puedo hacer a tanto para que eso no me genere una alta accidentabilidad”. 
Frecuencia
Pero, ¿cuáles son los accidentes más frecuentes?

Los incidentes corrientes que se pueden presentar son contusiones, traumas craneoencefálicos, quebraduras, explosiones por el manejo inadecuado de explosivos y que son muy comunes en los mineros informales, dado que no pueden obtenerlos de manera legal, por tanto, desarrollan los suyos de manera artesanal, pero son muy inestables y causan un alto índice de accidentalidad.

La Secretaría de Desarrollo Empleo e Innovación indicó que la accidentalidad en la minería del Departamento de Caldas no es tan alta como en otros. “Principalmente está atribuida a la actividad minera con método de explotación subterráneo, relacionada con yacimientos de oro de filón, entre las principales causas de mortalidad se tiene el inadecuado manejo de explosivos, caída de rocas e inundaciones”.

La historia de la minería en Caldas está manchada por el llanto de las tragedias. Lo preocupante, es que este tipo de infortunios, que son lamentables y no deberían suceder, frecuentemente son noticias que ha informado LA PATRIA en sus Cien Años de Verdad.
Los sepultados
de El Callao
23 de noviembre del 2001

LA PATRIA catalogó el accidente como “de las más grandes tragedias en la historia del departamento”. Sucedió tras un deslizamiento de tierra en la mina a cielo abierto El Callao en Filadelfia (Caldas). “A las 5:40 de la mañana, la búsqueda de oro para un grupo de unos 100 mineros dejó de ser la esperanza del día. Algunos de ellos, sobrevivientes a una tragedia a la que estuvieron expuestos durante muchos días, debieron buscar entre la tierra los cuerpos de varios de sus compañeros que fueron sepultados por un inesperado alud. 25 personas muertas y un número similar de heridos fue el resultado del primer día de búsqueda. Se estima que en el sitio permanecen otros 50 obreros sepultados”.
Tragedia
La mina estaba ubicada en la finca El Pescadero, corregimiento El Pintao, a orillas del río Cauca, que limita con el departamento de Risaralda. LA PATRIA publicó: “Dios mío se nos vino encima esto: fueron las únicas palabras que alcanzó a decir Alejandro Cano cuando a las 5:40 de la mañana de ayer un alud de tierra se vino sobre él y unos 100 compañeros más”.
El día equivocado
Testimonios de los sobrevivientes quedaron grabados en el periódico: “Yo venía con otros compañeros, pero mi bicicleta estaba que fallaba y fallaba y cada rato me tocaba parar y eso fue lo que me salvó, si no, ahí estaría entre las víctimas”, narró Antonio Correa, entonces.
Intentos de rescate
LA PATRIA conoció el testimonio de un sobreviviente que rescató a 15 de sus compañeros. “Traté de salvar a los que más pude, pero solo sacamos a 15. Un amigo y su esposa quedaron cerca y cuando estábamos a punto de sacarlo se entró el agua y ahí quedaron”, fue el relato de Jesús Barragán en ese momento.
El adiós
En imágenes quedó registrado el último adiós de las familias a sus seres queridos. “El silencio le abrió paso únicamente al llanto de las familias que perdieron sus seres queridos en la mina El Callao. El pueblo entero participó de la caravana que acompañó los féretros hasta su última morada. Todos en Irra sufrieron la pérdida de un allegado”, publicó el periódico.
El peligroso
gas metano
13 de diciembre de 2004

Murieron dos mineros caldenses por inhalar gas metano en una mina del sector El Pintado, zona rural de Filadelfia. Santiago Marín, comandante de Bomberos del municipio, comunicó a LA PATRIA sobre este suceso: “El hecho se registró porque llegaron a buscar oro en los túneles, donde se va a cumulando este gas metano incoloro. Luego de inhalarlo por un tiempo considerable, produce la muerte”.
El dolor
7 de marzo de 2011

Murieron Víctor Gutiérrez y Víctor Ramírez, a las 11:30 a.m. por envenenamiento de gases tóxicos en una mina de oro en el sector de La Amapola, también en Filadelfia. “La hipótesis que tenemos es que el primero que entró se resbaló y se golpeó la cabeza contra uno de los motores, el otro se dio cuenta y bajó a ayudarlo, pero ya estaban subiendo los gases, por lo que también murió”, contó en ese entonces el comandante de Bomberos de Filadelfia, Santiago Mejía a LA PATRIA.
Estallido
18 de febrero de 2015

LA PATRIA atestiguó que Francisco Montoya, de 38 años, y Carlos Sánchez, de 28, murieron por una explosión en el molino La Esperanza 1, de la mina Las Cañas, en Marmato. Testigos aseguraron, en su momento, que la explosión no fue en la mina, sino en el molino. También hubo cinco heridos con lesiones leves.
La tristeza
de Riosucio
14 de mayo de 2015

LA PATRIA estuvo presente cubriendo la tragedia desde que se conoció en la tarde de ese día. Rápidamente se informó que 17 mineros desaparecieron en un accidente entre Irra y La Felisa. Las minas del lugar se llenaron de agua porque las motobombas dejaron de funcionar ante una falla de energía. El diario registró: “Hay una señora allá en la carretera que pregunta que si su hijo, Luis Trejos, está ahí, gritó desesperada una mujer, de unos 40 años, acercándose a la orilla de La Mina de Leo. Tiene que darme el sobrenombre, porque acá a todos los conocemos por los apodos”: Le respondieron”.
Los once de Neira
27 de marzo de 2021

LA PATRIA informó que, en la vereda El Bosque (Palestina), once mineros murieron a raíz de una inundación de los socavones donde estaban laborando, a un costado del río Cauca. El único sobreviviente fue Sergio Abreo, quien corrió 15 minutos hasta encontrar una casa y pedir ayuda.
La lucha minera
LA PATRIA habló con los pequeños mineros artesanales de Marmato que utilizan esta actividad económica como medio de subsistencia para ellos y sus familias. Estos trabajadores viven en la parte alta donde se encuentran la zona de explotación. Toda la economía del municipio gira alrededor de la minería, motor único de una economía, no solo local, sino regional y con repercusiones claramente internacionales.

Los mineros dejaron ver su preocupación por la llegada de grandes empresas multinacionales que tengan intenciones de desarrollar minería a cielo abierto, pues ellos manifiestan que eso implicaría un gran impacto ambiental, pero, también, la desaparición del pequeño minero y con ello la extinción de la tradición marmateña.
Minas
Mina Villonza, Marmato (Caldas). Alberga cerca de 200 mineros tradicionales y es considerada como un ícono de resistencia porque “es desde allí donde se gestan la mayoría de procesos de defensa jurídicos a favor de toda la minería artesanal del municipio”, según comentó el líder minero Rubén Darío Rotavista.

Yamil Amal contó cómo tras la llegada de una multinacional con el deseo de realizar minería a cielo abierto los mineros se organizaron y evitaron que eso sucediera: “Eso nos enardeció más y tomamos la decisión de ir a parar el tráfico por dos horas y sacamos unos volantes y los distribuíamos por el tráfico, veíamos la solidaridad de la gente que llegaba a apoyarnos.
Inconformidad
Agregó: “No me pareció justo que llegaran unos extranjeros a querer desarrollar la minería a cielo abierto, eso implicaba acabar con el pueblo. Ellos son unos forasteros con una avaricia de oro y nosotros nos tenemos que ir de aquí. Finalmente, la comunidad logró el objetivo de evitar la minería a cielo abierto”.
Yamil Amal aseguró que muchos de los propietarios han optado por vender las minas a las grandes empresas, mientras que él confesó que no busca vender las suyas a pesar de que a nadie le han ofrecido tanto dinero: “Dijeron que me pagaban $11 mil 500 millones por las dos minas, pero yo dije que no”, aseveró.
Deuda
De acuerdo con el historiador Albeiro Valencia Llano, la minería no crea mercado interno, a diferencia del café. “La minería crearía mercado interno si el Gobierno apoyara al minero, si no estuviese allí la gran empresa que explota solo para exportar”.

El narrador resaltó la importancia de que los pequeños mineros, los más antiguos y veteranos, cuenten la tradición del pueblo, los mitos y leyendas alrededor de las minas, pues, aseguró, que la historia de Marmato no se ha escrito.