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La Patria 100 años - Capítulo 7
Capítulo 7
La salud
Un asunto vital
La historia de la medicina y la salud en Caldas es un robusto relato que se ha construido con una enorme cantidad de manos que, por décadas, han buscado en el bienestar y la salud de los manizaleños y caldenses la razón de sus carreras profesionales y vocacionales.








El hilo conductor
En esta narración hay que incorporar dos hilos conductores que van de la mano en la construcción del sistema de salud en Caldas: la edificación de hospitales y clínicas y la profundidad de la historia académica y médica caldense.

Ambas empresas han crecido bajo una fórmula cimentada en filantropía, altruismo y el deseo de dotar a Manizales y Caldas de centros médicos de alta complejidad que pudieran actualizarse con las mejoras tecnológicas propias del desarrollo del siglo pasado y del actual.

También, la dinámica de la medicina de entonces estaba enfocada en buscar erradicar o tratar enfermedades muy contagiosas y con alto estigma social, como la lepra, mientras que se intentaba brindar una mayor cobertura con el instrumental necesario.

Los pasajes de la medicina en Manizales consignados en LA PATRIA se remontan a años posteriores de la década de 1920 con la llegada de médicos egresados de la Universidad Nacional, la Universidad de Antioquia y la Universidad del Cauca, entre otros centros nacionales o internacionales. Su reputación creció rápidamente, como también, la necesidad de desarrollar centros asistenciales que pudieran atender las necesidades sanitarias de una ciudad que crecía rápidamente en su demografía.
El lugar
Un lugar para poder atender a los leprosos era una necesidad imperante en Manizales. Por eso, se buscaba un sitio seguro para poder tratar a estos pacientes.

Entre los principales establecimientos médicos de Manizales sobresalen el Hospital de Caldas, el Hospital Infantil, el Hospital Departamental Santa Sofía y el Hospital –ahora general, antes geriátrico- San Isidro, entre otras clínicas de largo aliento. Además, hay un enorme antecedente: una buena cuota de los gobernadores de Caldas y alcaldes de Manizales decidieron, antes de la administración pública, la medicina.
Entre los gobernadores médicos se encuentran Emilio Robledo (1912-1914), Daniel Gutiérrez Arango (1926-1930), Guillermo Londoño Mejía (1936), Alfonso Jaramillo Arango (1942-1943), Ramón Londoño Peláez (1944-1946), Carlos Arturo Jaramillo (1948-1949) y Javier Ramírez Cardona (1959-1960).

Manizales tuvo también sus alcaldes que ejercieron la labor médica: Mario Arana (1876), Eduardo Toro Villegas (1936), Julio Ángel (1938-1939), Guillermo Londoño Mejía (1948-1949), Carlos Arturo Jaramillo (1952), Ramón Londoño Peláez (1960-1961), Rafael Henao Toro (1967-1968), Gonzalo Botero Zuluaga (1969-1971), Ernesto Gutiérrez Arango (1972-1973, 1977), Kevin Ángel Mejía (1987-1989), Jorge Enrique Rojas Quiceno (1998-1999).
Reseñas
Francisco Javier González Sánchez, abogado y columnista de LA PATRIA, publicó el 3 de noviembre del 2020 una tribuna en la que narra la manera en la que se forjó el primer hospital para Manizales. Escribió:

“Aparece en la historia de nuestra región Dionisio Uribe Santamaría, nacido en Medellín en 1843, y que según el Diccionario Biográfico y Genealógico de la élite antioqueña y viejocaldense de Javier Mejía Cubillos, estudió medicina en París y aunque no culminó dicha carrera, cuando contaba con 27 años de edad se trasladó a Manizales en 1870 y en compañía del sacerdote José Joaquín Baena, Miguel Urrea, Marcelino Palacio, Aureliano Villegas y Blas Gaviria, conformaron una Junta que en septiembre de dicho año y con una inversión inicial de $600 pesos, se comprometería con la construcción del primer hospital de Manizales”.
Enfermeros
La enfermería también merece un capítulo aparte. La certificación académica y profesional de estos servidores ha permitido mejorar las condiciones de prestación de este servicio médico esencial. Así mismo, la ciudad ha pasado de tener enfermeras empíricas a gozar de robustos programas académicos determinados a formar enfermeros íntegros.

Caridad y tradición
Agrega el columnista que el primer hospital se ubicó entre las carreras 18 y 19 (actuales), entre calles 21 y 22 (actuales) y que “en tapia y techo de paja, que medía 80 “varas” (unos 64 metros) y contaba con salones para hombres, mujeres, las hermanas de la caridad y la infaltable capilla”.

Luego, llegaron los que denominaron segundo y tercer hospital. El segundo, de nombre San Juan de Dios, se fundó en 1910; el tercer hospital surgió en la zona hoy de El Cable, donde se ubican comercios y lo establecieron allí a partir de 1930. El Hospital Universitario de Caldas se comenzó a institucionalizar desde 1941 hasta que se pudo inaugurar casi 20 años después, en marzo de 1960.

Con el sueño de la Universidad Popular, en 1943, comenzó en esencia a escribirse la idea de crear una academia basada en la medicina y la enfermería en Manizales. La pujanza y la fuerza argumental de los visionarios de la época fue el mejor insumo para poder soportar la creación de una entidad dedicada a la educación superior. También, ese año fue clave para el comienzo del Hospital Infantil.
La medicina y la academia
Gustavo Mejía Jaramillo fue el autor del proyecto que hizo realidad la Universidad Popular, que unos años más tarde pasó a llamarse la Universidad de Caldas. Entre lo que Mejía Jaramillo dijo a LA PATRIA en mayo de 1943 estaba la creación de “el liceo Femenino, a mi parecer la empresa más importante, donde se formará la cultura de la mujer caldense, donde se creará la enfermera social, que es la labor más útil entre el Estado y la miseria. Este liceo funcionará en el local que ocupaba la Normal de Varones”.

La idea de conducir una escuela de medicina dentro de la universidad estaba patentada desde las primeras conversaciones, pero su establecimiento se tomó, al menos, un quinquenio, mientras se aseguraban los fondos y se buscaba un lugar para que los estudiantes pudieran hacer sus prácticas; se hacía perentorio comenzar el desarrollo de un hospital universitario.

En diciembre de 1950 no había orden sanitario en la región. En diciembre de ese año, LA PATRIA tituló: “División de Lepra Envía Circular a los Directores de Higiene de Caldas”. En el mismo, se daban indicaciones para el trato de leprosos, sobre todo, en casos de higiene donde los enfermeros no conocían con suficiente fundamento el trato a dar. Parte de las comunicaciones al personal de salud se hacían a través de las páginas del diario y, de allí, se remitían a las clínicas donde se esperaba la reforma en la atención.
La vida trascendía entre los médicos que llegaban de estudiar en otras universidades del país y del mundo para afincarse, de nuevo, en Manizales, y la necesidad de desarrollar un cuerpo colegiado que pudiera enseñar la medicina tal y como se esperaba para entonces

En la última edición de LA PATRIA de diciembre de 1950 quedó una anotación a modo de columna sobre los pendientes para la vigencia siguiente:
La facultad de medicina
Carlos Ramírez Arcila fue el director de Educación Pública en Manizales para 1951. LA PATRIA lo entrevistó en un artículo titulado “Desde el Presente Año se Iniciarán Labores en la Facultad de Medicina”.

Con este talante en Manizales y Caldas se hablaba sobre la nueva facultad de medicina para la Universidad de Caldas, de la cual, estaban seguros, lograrían hacer la mejor del sur del continente.

Ramírez Arcila anunció en LA PATRIA que el primer consejo directivo de la facultad quedaba integrado por el “Director de Educación, el Decano doctor Julio Zuloaga, y los vocales, doctores

Rafael Ramírez, Marino Alzate, Enrique Mejía y Naranjo López”.

Tras un préstamo de $150.000 de la época, hecho por el Banco de la República, se compraron los equipos necesarios para la dotación y el buen funcionamiento de la facultad. Además, entre los planes estuvo conseguir un cuerpo de profesores estadounidenses y europeos para “tener una universidad como no haya otra en Sur América”.

Desde esa inversión, y desde entonces, la Universidad de Caldas ha sido formadora de miles de médicos que han tomado todas las direcciones para seguir en su labor en pro del cuidado de la vida humana.
El Hospital de Caldas
Toda una fanfarria se planeó para el sábado 12 de marzo de 1960. El presidente Alberto Lleras Camargo estuvo de visita en Manizales para inaugurar el Hospital Universitario de Caldas que, como lo dijo LA PATRIA en un suplemento especial publicado ese día “quedará oficialmente consagrado al servicio de los pobres; el mayor esfuerzo hecho por una sola ciudad y una sola empresa”.
Sueño de todos
El Hospital Universitario de Caldas se revestía, entonces, como la consolidación de un sueño por brindar cobertura y trato de alto nivel, no solo a los manizaleños, sino a los habitantes de poblaciones vecinas y de área de influencia.

“Esta obra, dotada y terminada con excepcional cuidado, muestra que la Beneficencia de Manizales considera a los que no tienen ninguna fortuna como seres dignos del mejor tratamiento científico y de los cuidados que se reservaban antes a la riqueza y al poder”, se escribió en LA PATRIA para el día de la inauguración.

El diario desplegó una importante cantidad de periodistas y reporteros gráficos para cubrir la visita presidencial desde el arribo del mandatario donde fue recibido por decenas de líderes, políticos y otras personas relacionadas con la labor de la sanidad en Manizales y Caldas, hasta anunciar el recorrido de la caravana hasta el Hospital.
El protagonista
En el suplemento especial publicado por LA PATRIA hay una entrevista titulada: “Una Charla con el Doctor Rafael Henao Toro, Director Científico; Del Primero al Último Hospital. – Un Esfuerzo Único de Caldas. – Solicitudes de Otras ciudades”.

El diálogo que se publicó en la segunda página de este especial es un honor a la verdad y al timón que fue Rafael Henao Toro para el desarrollo de la actividad médica en Manizales. Por eso, lo reseñan así: “Rafael Henao Toro, médico y organizador, es el actual director científico del Hospital Universitario de Caldas. Su inteligencia, su dinamismo, su espíritu de servicio y, por sobre todo su vocación manizaleña, le han convertido en el primer abanderado de un movimiento que merece el nombre de “campaña en favor de los hospitales par Manizales”. Su profesión y su estilo le han conducido por los caminos cívicos en aras de una mejor fundación asistencial para las gentes de Manizales.
Gigante
Y, como no solía suceder muy de costumbre en la década de 1960, LA PATRIA se inspiró en un largo titular de dos páginas: “Aunque Usted no lo Crea Así es el Moderno Hospital Universitario de Caldas que Hoy se Inaugura”.

Entre las novedades que se les explicaban a los caldenses en el diario estaba que en el nuevo hospital “No Hay División Rigurosa Entre Hombres y Mujeres”. También, las Urgencias del Hospital se promocionaron como modelo en el país, se contaban dos ambulancias y también “10 Carros-Termos”; así mismo estaba dotado de “Toda Clase de Drogas en la Farmacia del Hospital Universitario” y hasta se anunció el costo de los jardines.

El Hospital era la causa de furor. Cinco pisos; el primero para atención de cancerología; el segundo de maternidad y quirúrgicos; el tercero para medicina interna e infecto-contagiosos; el cuarto para cirugía general y otras especialidades y el quinto como pabellón infantil. En total se inauguró el Hospital con 514 camas, un número increíble para la época y que sigue siendo demasiado significativo hasta en la actualidad.

Con el paso de los años y la modificación de las leyes que regulaban la prestación de servicios de salud en Colombia, el Hospital de Caldas vio un claro decaimiento en su salud financiera; los paros, las huelgas y la amenaza de cierre se reparaban con paños de agua tibia, hasta junio del 2004 cuando debió cerrar.
El dolor
“Desolación y Enfermos de Soledad”. Así tituló LA PATRIA los penosos momentos que se vivieron al cierre del hospital más emblemático de la ciudad y la región. En el editorial del miércoles 2 de junio del 2004, el diario se pronunció de esta manera:

“Nada justifica que las soluciones a un problema de la hondura social como el del Hospital de Caldas sigan intereses distintos al bien común (…) Las reuniones y gestiones que se hagan en favor del hospital no deben ser ocasión para medir fuerzas de directorio político, sino para obrar honestamente con criterio de beneficio común parta los enfermos que tiene la obligación de atender debidamente. No se trata de negociar nada, el cumplimiento de las obligaciones no se discute. Se trata de acordar el cumplimiento del deber social por la ley por parte del departamento y del municipio y de acudir al gobierno nacional o a las ayudas internacionales de lo que siga haciendo falta para superar la crisis”.
Tras tres años de cierre, en octubre del 2007, en la administración del entonces alcalde Luis Roberto Rivas se dio apertura a un hospital renovado física y, también, reparado en su servicio a la comunidad. Servicios Especiales de Salud (SES) desde la época tiene la operación del Hospital que en el 2019 logró recuperar la categoría de hospital universitario, lo que va en consonancia con la vocación académica en salud que tiene la región.
Para el día de la reapertura, el domingo 21 de octubre del 2007, a las 12:00 m., se les pidió a los conductores en Manizales que pitaran para celebrar el regreso del Hospital de Caldas. La idea promovida por el nuevo administrador fue cambiar el panorama que se tenía alrededor del centro asistencial y del crecimiento de un nuevo estandarte en atención en salud para el Eje Cafetero.
En conjunción con el SES Hospital Universitario de Caldas, Manizales tiene importantes centros asistenciales en salud como el Hospital Departamental Santa Sofía de Caldas, Clínica Avidanti, Clínica La Presentación, Clínica San Marcel, E.S.E. Hospital General San Isidro, Oncólogos de Occidente, Clínica Santillana, Clínica Versalles, Clínica Aman.

En Caldas se tienen importantes centros como la Clínica Roque Armando López, en Chinchiná; Hospital San Marcos, en Chinchiná; Hospital San Félix, en La Dorada; Hospital San Juan de Dios, de Riosucio; Hospital San Antonio, en Villamaría; Hospital Departamental Felipe Suárez, en Salamina y una red que debe robustecerse cada vez más.
El Hospital Infantil
De especial categoría hay que resaltar la presencia en Manizales del Hospital Infantil Universitario Rafael Henao Toro, dedicado a la atención pediátrica y un tesoro para todos los manizaleños y que es operado por la Cruz Roja Colombiana, seccional Caldas.

Este capítulo, entre los más nobles de la medicina caldense, comenzó en mayo de 1937, cuando se inauguró un hospital con 34 camas para niños desamparados. Donaciones y actos de buena voluntad cimentaron el crecimiento de este centro hospitalario para menores de edad y desamparados.

En 1951, la junta cede al Municipio de Manizales el Hospital que lo entrega a la Junta de Beneficencia, hasta 1954, cuando formalmente es la Cruz Roja Colombiana la que se encarga de su funcionamiento, encabezado por el médico Rafael Henao Toro. El hospital es una herencia que los caldenses han tenido en cuenta y es un estandarte en atención pediátrica para la región y el país.

Sin embargo, con las complicaciones propias de los cambios en el régimen y las leyes de salud, sumado a los pasivos en pagos, el hospital infantil se ha visto cerrado en sus opciones de expansión, aunque, por suerte y tenacidad gerencial, mantiene su funcionamiento.
El miércoles 11 de mayo del 2011, LA PATRIA tituló: “Hospital Infantil, en venta”. A lo que agregó que la propuesta se hizo para ofrecer el centro asistencial a las universidades, sin embargo, hubo declinación por los académicos. El gerente del Hospital Infantil, el médico Juan Carlos Gómez Muñoz, aseguró que “con los cerca de 80 años ha prestado el servicio pediátrico para niños y jóvenes, no solo de Manizales y Caldas, sino, también, del Eje Cafetero y departamentos vecinos”.

Comentó que “no existen camas públicas de tipo pediátrico; sin el Hospital Infantil habría mucha carencia de camas. El Hospital Infantil presta el servicio de salud en todas las áreas pediátricas con más 90 personas calificadas en el persona, entre médicos y expertos”. Sobre las fatigas económicas durante décadas recientes, sostuvo que “hay que mantener el Hospital Infantil bien financiado para seguir desarrollando los programas. Sin embargo, aún es difícil la falta de reconocimiento de las deudas por las EPS que han desaparecido o han entrado en liquidación y no han pasado sus deudas con el Hospital”.

Al 2021, el Hospital Infantil Universitario de Caldas tiene 60 camas de hospitalización, 11 unidades de cuidado intensivo, 8 de atención para atención quirúrgica ambulatoria y en convenio con otras 14 agregada con Oncólogos de Occidente.

Parte de la financiación del Hospital Infantil llega gracias a la temporada taurina que se hace en enero. De esos dinero se trasfieren al hospital para su funcionamiento y, sin los mismos, la operación del centro clínico sería insostenible. También, la gestión de la Cruz Roja Colombiana es fundamental para mantener los mecanismos de financiación activos y en una reducción constante de los pasivos.
“$10 mil millones de pesos que aproximadamente han transferido la fiesta de los toros al Hospital, lo que ha servido para mejorar la infraestructura porque, el Hospital, más allá de todos sus años, tiene un gran infraestructura y ese dinero también se ha invertido en compra de equipos y mejoras tecnológicas”, remató el médico Gómez, quien también está al frente de Cormanizales, la empresa organizadora de las temporadas taurinas en la ciudad desde los últimos años del siglo XX.
Desconocimiento
Tal como sucede en todo el mundo, hay enfermedades que llegan a la región sin que se tengan claros elementos de juicio para saber sus orígenes o cómo tratarlas. A finales de septiembre de 1986, LA PATRIA hizo su primera publicación alrededor de la aparición del SIDA. El artículo se hizo en la sección judicial y era el desconocimiento general alrededor de una enfermedad que todavía deja enormes interrogantes más de 36 años después.
Caridad y asistencialismo
El médico, investigador y escritor, Orlando Mejía Rivera explica cómo creció el sistema de salud en Manizales y Caldas y las maneras en las que lograron confluir la caridad cristiana y la asistencia en salud patrocinada desde el Estado.

Con el paso de los años han sido los problemas del sistema y su poca capacidad para poder soportar la carga de pacientes lo que ha ahogado a las instituciones que prestan los servicios de salud. Parte de las responsabilidades recaen en el modelo de funcionamiento por ley que hay en el país y que ha afectado, como efecto dominó, a las instituciones que antes fueron de carácter público.
Crisis
La perspectiva para el médico y escritor es “crítica”. Agrega que “los dineros que deben las EPS a los hospitales no bajan y los sistemas de control de las EPS son funcionarios de bolsillo”.

Pese a que la situación es compleja y lamentable, Caldas tiene en su historia, contada en LA PATRIA, el encuentro por tratar de destrabar un camino que no soporta esperas, como lo es la atención en salud. Caldas mantiene patente la reunión entre academia y la atención en salud; por eso goza de tener escuelas de enfermería y dos facultades de Medicina en Manizales; mientras que se busca una expansión de la red hospitalaria que ha respondido efectivamente ante retos de enorme presión como la pandemia de covid-19.

Desarrollo


Aunque parte de los servicios de salud con la oferta y sobreoferta ahora miran hacia la comercialización, aún este es un aspecto que busca encontrar un punto medio que mejore la accesibilidad. El comercio de servicios de salud viene en crecimiento en el país y en Manizales, con servicios y procedimientos que se ofrecen de manera independiente.

En la próxima entrega, LA PATRIA expone la manera en la que en sus páginas se ha publicitado el crecimiento comercial e industrial, la manera en la que cambiaron las costumbres económicas y, también, la expansión de una ciudad que se mantiene como polo de desarrollo regional.