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La Patria 100 años - Capítulo 18
Capítulo 18
En letras de molde
LA PATRIA ha sido comunicadora, notaria y promotora de los escritores. Desde su fundación en 1921, nunca ha cedido en su misión de promover la literatura, autores y creaciones caldenses. También, en sus inicios, se abanderó en hacer conocer los versos más prolíficos de la poesía clásica y ser igualmente una especie de maestra que se encargó de educar y hacer pedagogía sobre las letras locales y las más reputadas creaciones literarias del contexto internacional.


El medio
Dentro de su labor se destaca tender puentes para que autores regionales se den a conocer a través de la prensa. Por eso es que las diferentes separatas y páginas culturales que ha tenido el periódico en estos Cien Años de Verdad le han permitido dar a conocer nombres que ahora reciben loas y todo tipo de laureles en reconocimiento a su talento y verdad imaginativa.

En los comienzos de LA PATRIA grandes páginas pasaron por los linotipos con extensas críticas; también abriendo un paso enciclopédico dentro de la literatura para que los lectores pudieran conocer un poco más del mundo de las letras. Dentro de ese objetivo de traer el mundo a Manizales estuvo este diario, convencido de poder servir a una sociedad más educada e instruida.

El periódico también ha estado allí para celebrar los momentos cumbre de todos los autores colombianos que han sabido brillar en otras latitudes, así como para procurar una promoción de la lectura, desde los más pequeños hasta fuertes recomendaciones para los lectores más entregados. En un mundo de letras, sobre todo, de molde, LA PATRIA ha sido un paso memorable que se adorna en millones de literaturas dentro de su archivo.
Polémica
“Se ha hecho literatura de espaldas a la realidad, cantando a la tierra en “slang” argentino, escribiendo porque sí, mirando sólo la cola de Pegaso (…) Parece, pues, que nada conspira contra “nuestros” escritores, para convertirlos en hombres de su tierra” (sic).


La anterior cita la escribió en LA PATRIA Gabriel Cuartas Franco, en la década de 1940, en la que invitó a los autores y escritores caldenses a tener más arrojo a la hora de hacer sus recreaciones y ceder menos a tentaciones que les hicieran posar de vanguardistas.

Y es que en las páginas del periódico se daban fogosos enfrentamientos de letras con críticos, autores, lectores o cualquier persona que quisiera hacer su entrega al mundo literario. Firmó Cuartas Franco:
“Con sentimientos de admiración irrevocable, tácita y cordial, me suscribo de vosotros; irrespetuosamente…”.
Creación literaria
Entre esos capítulos que dividieron a autores, creadores y lectores está la novela “Risaralda” del escritor manzanareño Bernardo Arias Trujillo. Este autor, nacido en 1903 y fallecido muy temprano en su vida, a los 34 años, en Manizales, estuvo entre los autores más importantes que publicaron parte de sus escritos y obras en LA PATRIA.

A él también se le atribuyó como “polemista” y prosista político. A pesar de su carrera como abogado, siempre apostó más por la creación de literatura y entre sus primeras publicaciones estuvo Luz, Muchacha sentimental y Cuando cantan los cisnes, según recopilación de Fabio Vélez Correa. Luego, en 1932, en Buenos Aires, y bajo el pseudónimo de Sir. Edgar Nixon, publicó Por los caminos de Sodoma, confesiones íntimas de un homosexual, lo que abrió la puerta literaria a un tabú que rompía el esquema de una normatividad heterosexual. También, por esa época, compartió amistad con Federico García Lorca.

Con Risaralda, también reproducida en promocionados apartes en LA PATRIA logró causar enorme polémica, pues su adjetivación, locuacidad y exageración puso el dedo en la llaga para muchos lectores y críticos acostumbrados a otro tipo de creaciones quizás más sobrias.

“La obra “Risaralda” será adquirida por el gobierno”, publicó LA PATRIA en la década de 1930.
La polémica
La obra fue, pues, objeto para el escrutinio público. En la edición del sábado 17 de abril de 1937, Wenceslao Montoya hizo una crítica a la obra de Arias Trujillo, en la que trató con guantes al autor, pero fue bastante severo con su creación más conocida.

Página con la crítica de Wenceslao Montoya contra la obra de Bernardo Arias Trujillo.
“Pero el milagro del tiempo es nada, comparado con el que realiza el autor en la “operación” de los terneros. Los “cirujanos” van extrayendo “testículos”; pero a medida que los van amontonando sobre el pasto la varita mágica de Arias Trujillo los trasforma en “óvulos”. ¡Santo cielo” ¡Y hay incrédulos que dudan de que el Divino Maestro pudiera transformar el agua en vino y multiplicar los peces y los panes! ¡Cuando el cambio que efectúa Arias Trujillo es mil veces más portentoso! (…) El lector atento halla en “Risaralda” varias inconsecuencias, contradicciones, ingenuidades, faltas de lógica y sentido común”.


La crítica feroz se publicó en una página completa de LA PATRIA, con todos los detalles que sustentaron la especie de diatriba divulgada en las páginas del diario. Al lado derecho, en la hoja siguiente, el periódico le dio oportunidad al autor manzanareño para poder contestar lo que habían protestado contra su creación.
Defensa
Reacción de Bernardo Arias Trujillo por los comentarios de Montoya.
“Al comentar la castración de los becerros, dice Montoya que yo transformé los TESTÍCULOS de estos en “óvulos”. Otra inexactitud. Como según entiendo, el ensayista [en referencia a Wenceslao Montoya] es médico, es posible que él tenga demasiado apegado al sentido técnico y literal de las palabras de su profesión. El vocablo “óvulo”, tal como aparece en la novela, no tiene, no puede tener otro significado que el de “huevo” porque aquel es filial de éste, así como ovario, ovulación, etc. A primera vista, se advierte que la palabra no tiene el alcance biológico, científico, que el médico Montoya quiere darle, sino la elegante y sencilla que le da el autor del libro (…) Esto es obvio, y se necesita estrechar mucho el significado de las palabras y ser más cegatón que un tipo para tergiversar de esa guisa mi pensamiento”.

Así las cosas, los lectores de LA PATRIA veían cómo subía la temperatura en la discusión tras la publicación del “Alegato de conclusión en defensa de Risaralda” que hizo el autor tras leer la carta pública del malqueriente de su novela. Lo cierto del caso es que el estilo y el ritmo del manzanareño sacudió con fuerza a gran parte de los lectores. Montoya sintetizó esto en su libelo:
“Arias Trujillo no se para en pelillos para inventar vocablos, especialmente adjetivos, sin ninguna necesidad, siendo el Castellano asaz rico en ellos. O quizás no les inventa, sino que los aprendió en la Argentina”.
El legado
El escritor caldense Adalberto Agudelo Duque, en su libro “Caldensidad, historia y literatura”, publicado por la Editorial Universidad de Caldas, comentó:

“Arias Trujillo ingresó al cenáculo y el escarnio. Temido hasta el pánico y protegido hasta la alcahuetería fue exaltado por curas, escritores y políticos que temían al filo de su palabra, el veneno de su diatriba, la picota de sus editoriales, la cuchilla de sus sarcasmos”.

Aprobada o no, esta obra hace parte fundamental de la historia y la controversia literaria en Caldas, donde, pese a la variedad de criterios, la altura del debate nunca se redujo a lugares comunes, sino que cada quien logró defender lo suyo.

Una sobredosis de barbitúricos (sedantes del sistema nervioso central) fue la razón científica que explicó la muerte de Bernardo Arias Trujillo en 1938.
El papel del autor
Adalberto Agudelo hace parte de los autores caldenses más laureados y está entre quienes conocen mejor las aristas y las características de la creación literaria regional. En diálogo con LA PATRIA reconoció que la labor del escritor es compleja, dados los costos que tiene todo el proceso, la falta de apoyo que existe en el medio y habló abiertamente del entorno en el cual conoció a muchos narradores.
El escritor caldense agregó que los dineros que se obtienen por los premios ganados no son tan significativos, pues comentó que de las 50 o 60 distinciones logradas, la suma no llega a 60 millones de pesos, por lo que contó que la cifra podría ser de un millón de pesos por año. Refirió que no cree que sea ampliamente leído y que los escritores no narran para su generación, ante lo que sostuvo que su obra será valorada después de su muerte.

Sobre la literatura caldense, comentó que es difícil hacer una síntesis, pues esta tiene muchas desviaciones. Habló de una literatura secreta, olvidada y marginada, de la que intenta rescatar poetas, novelistas y cuentistas que fueron desconocidos en su época, porque en Caldas, especialmente en Manizales, -señaló- la literatura era cuestión de élite.
Por vocación
El autor glosó que el acceso a las imprentas sigue siendo muy cerrado y agregó que esto hace que el conocimiento de autores sea todavía un panorama lejano. Dijo que producir un libro es costoso, por lo que puso como ejemplo que imprimir uno de 100 páginas vale $2 millones y medio, en tamaño media carta. Sostuvo que el programa de estímulos de la Gobernación de Caldas es de “limosnerismo”, pues aseguró que lo que dan no alcanza para publicar un libro, aunque resaltó la ventaja que se tiene por el cambio de espacio gracias a la facilidad que ofrece la virtualidad o la internet.

Ante los retos, Agudelo Duque insistió en que hay tres temas para tratar sobre la literatura regional y su producción:

Y es que sin la ayuda de la prensa ser escritor podría ser más un acto de fe que un acto de realidad. Ante esto, el autor habló que las editoriales son inmediatistas y buscan la ganancia económica.
El editor
Junto a LA PATRIA, que en este centenario ha sido una gran promotora de la creación narrativa, también hay un nombre que no se confunde para varias generaciones y que estuvo ligado también a los inicios del periódico: Fernando Arturo Zapata Tirado.

Con tino como pocos, se encargó de escalar muchos manuscritos a obras para que fueran leídas por sus más cercanos coterráneos. En un artículo de opinión de diciembre del 2016, el historiador Pedro Felipe Hoyos hizo un resumen sobre la obra de Zapata.

Curiosamente, Arturo Zapata comenzó en el negocio litográfico haciendo parte de la competencia directa de LA PATRIA en sus inicios, pues fue impresor de “La Voz de Caldas”, diario que se estampó entre las décadas de 1920 y 1930 y dirigido por el finado Eudoro Galarza Ossa. Con un montón de ideas aún por materializar, Arturo Zapata apostó por establecer su primera casa editorial y su primer taller litográfico.
La herencia de los grecolatinos o también grecocaldenses fue una alianza que se cimentó desde el principio de llevar letras a quienes las podían disfrutar más y extenderse en el lenguaje hasta donde fuera posible.
Influencia
Se estima que, hasta la mitad del siglo XX, la editorial de Zapata ya había impreso cerca de 80 títulos, un récord para la época en la que poner tinta sobre papel era considerado un arte y su producción un episodio costoso que solo podía ser pretendido por aquellos con grandes bolsillos. Sin embargo, Arturo Zapata abogó por precios asequibles que pudieran dar oportunidad a todos de comprar libros. Este editor no solo se centró en el contenido, sino que innovó con interesantes carátulas, pues se trataba de un hombre que conocía bien el proceso y entendía en qué momento calaban mejor las renovaciones.

Con acierto sumo, Pedro Felipe Hoyos habló sobre la herencia que dejó Arturo Zapata:

“Y lo hizo con bravura, en una época en que todo el material era importado, cuando el analfabetismo era más de la mitad y pocos se acercaban a un libro. Creo que la idea de la Manizales culta le debe muchísimo a este hombre”.

Como lo señaló previamente Adalberto Agudelo, la producción de libros es un acto costoso. Sin embargo, con la participación de la academia en el proceso, la publicación y distribución de ideas de autores regionales mejora considerablemente. Ese es un proceso al que le ha apostado con toda confianza la Universidad de Caldas a través de su editorial; un sello que ha publicado decenas de títulos dedicados a explorar la creación caldense.
Sello universitario
Luis Miguel Gallego Sepúlveda está al frente de esta editorial y es custodio para que estas publicaciones no envidien en ningún aspecto cualquier publicación de una editorial comercial. Su labor está entre manuscritos, impresiones, revisiones y lecturas que puedan llevar la creación a lo tangible y, finalmente, a la apropiación por los lectores.
Todos los libros, independientes de la línea en la que están inscritos, tienen un proceso de evaluación y revisión de lectores externos a la Universidad en un sistema “doble ciego”, por lo que el evaluador no conoce los datos del autor ni el autor conoce al evaluador. Conocidas las valoraciones cualitativas y cuantitativas, el comité editorial define la publicación del texto.

La Universidad de Caldas asume todos los costos editoriales de los productos, como también garantiza su circulación en ferias y otros eventos. Gallego insistió en que el sello que dirige tiene un aporte importante a la literatura regional. Entre los autores más reconocidos están Albeiro Valencia Llano, Álvaro Gärtner, Orlando Mejía Rivera, Octavio Escobar, Juan Diego Mejía, Antonio María Flórez, entre muchos otros.
La mujer y
la creación
Aunque los textos periodísticos iniciales de LA PATRIA están llenos de plumas masculinas, hay que resaltar el interés que tuvo el periódico por la publicación de letras escritas por mujeres. Entre ellas hay un nombre preponderante: Blanca Isaza.

El periódico le apostó a publicar sus poemas en distintas páginas. Eran largas columnas que contenían sus más producidos y significativos versos, por lo que el aspecto femenino se asomaba con contundencia, pese a la prevalencia de la literatura masculina.

Parte de su poema Otoñal reza lo siguiente:
“Yo te admiré sin sombra de egoísmo
cuando en la lucha de lejanos días,
al ascender la cumbre sostenías
-antorcha entre la racha- tu optimismo”.


Blanca Isaza nació en Abejorral (Antioquia) el 6 de enero de 1898 y llegó a Manizales por el traslado de sus padres cuando ella tenía cinco años de edad. Se casó con el poeta Juan Bautista Jaramillo Meza, por lo que se puede intuir parte de su cercanía con la creación lírica. Su primera obra la publicó en 1917 y se convirtió en una gran poetisa, como la misma Agripina Montes del Valle, nacida en Salamina en 1844 y fallecida en 1915, cuando LA PATRIA no había comenzado la publicación formal.
Las mujeres
Sin embargo, y pese a la diferencia generacional, estas dos mujeres se encargaron de visibilizar las letras femeninas y expresarlas con vehemencia. Adriana Villegas Botero, periodista, docente e investigadora, ha visitado con frecuencia el archivo del periódico con el fin de explorar más sobre la creación literaria femenina.
“Cuando uno estudia esos primeros años se da cuenta que era un periódico que se llenaba con muchos textos literarios, básicamente poesía que publicaban todos los días, de autores extranjeros y nacionales. Era muy frecuente Julio Flórez y una serie de nombres que nadie recuerda hoy. Eso dura más o menos hasta 1932, cuando el periódico cambia director y entra Silvio Villegas, lo que vuelve al periódico más noticioso y le cierra un poco el espacio a la creación literaria”.


Contó que LA PATRIA publicó una novela completa por pasajes; “Sin novedad en el frente”, de Erich María Remarque, en entregas diarias durante varios meses hasta publicarla completa. Cuando el espacio se agotó, esta publicación pasó a un lado para darle paso a las noticias y a las columnas. Sin embargo, sí hubo sitio para los autores locales.

Adriana Villegas, quien también es escritora y ganó el III Premio de Novela Corta del Fondo de Cultura Económica (FCE) gracias a su título “El oído miope”, ha estado custodiando la creación femenina para hacerla ver décadas después y rescatarla de la paciencia del olvido.
Única
Entre las mujeres que también han puesto a pensar a sus lectores está Maruja Vieira, nacida en 1922 en Manizales y que aún remite sus mejores versos para participar en reputados concursos de premio.

Y es que Maruja Vieira es una escritora que logró traspasar cualquier limitante de su tiempo para publicar su obra. Entre su hoja de vida se destaca que es de las pocas mujeres que en las décadas del 40 y 50 desempeñó cargos ejecutivos en el país, también fue periodista de varios medios de comunicación en Colombia y Venezuela. Defensora de los derechos políticos de la mujer, preocupada permanentemente por la formación literaria de las nuevas generaciones de poetas, su obra ha sido traducida al inglés, el francés, el griego y el ruso, entre otros idiomas. Además, es Académica de La Lengua Española, en su número colombiano.
Generación
de autores
También hay que dar una mirada a los autores caldenses que están causando sensación por su creación. Octavio Escobar Giraldo es médico y, también escritor; la misma situación de Orlando Mejía Rivera.

Para Escobar Giraldo la poesía se ha convertido en su vanguardia. En abril del 2016, el periódico contó:

“No es un premio de medicina, aunque sea para un médico y el título de la obra así lo sugiera: Historias médicas. Pero es un nuevo galardón, esta vez en poesía, del escritor manizaleño y profesor de la Universidad de Caldas Octavio Escobar Giraldo, que logró el VI premio Nacional de Poesía que convoca la Fundación Tertulia Literaria Gloria Luz Gutiérrez”.
El premio
Octavio Escobar ganó en el 2014 el 45 premio de novela Ciudad de Barbastro (España), con la obra “Después y antes de Dios”, que publicó la editorial Pre-textos. En junio del 2021 se conoció que el escritor manizaleño ganó el Premio Internacional de Poesía Las Palmas de Gran Canaria, en su edición 24, gracias a su libro “Manual de hipocondría”.

LA PATRIA ha registrado todas las novedades de Octavio Escobar Giraldo.

“Según él, en algunos poemas hay personas que se podrían catalogar como hipocondríacas, pero "en general, estoy hablando del sentimiento que persiste en todos nosotros, todavía estamos en una circunstancia en la que uno sale a la calle y se cruza con un buen número de personas y teme y toma precauciones".
Médico creador
Por su parte, Orlando Mejía Rivera, ha ubicado el futuro en el presente. En 1997, escribió una novela ubicada en 2032 donde él habla de las redes sociales y de las versiones digitales de los textos, a través de tres pacientes: Carmen, Guillermo y Jorge, y del doctor Fandiño, el siquiatra. Además, su estructura también es diferente ya que está dividida en los fragmentos de cada uno de los pacientes y al final, un diario del doctor.

En diálogo con LA PATRIA, al cumplirse los 20 años de la publicación de este libro, “La casa rosada”. Mejía Rivera contó que parte del relato tuvo que ver con su psiquis.

Esta novela fue laureada al igual que “El médico de Pérgamo”, novela editada por la Universidad de Caldas, en la cual habla con gran conocimiento sobre la vida de Galeno. Este título fue finalista del Premio Nacional de Novela Publicada del 2020 que otorga el Ministerio de Cultura. También, Mejía Rivera ganó el Premio Nacional de Novela de 1998 con “Pensamientos de Guerra”.
En poema y prosa
Juan Carlos Acevedo Ramos es otro de los escritores caldenses reconocidos por su talento, esta vez, en la poesía. Este manizaleño quizás hace parte de la más reciente generación de poetas y ha cosechado una importante obra, entre la que se destaca “Descanse en paz la guerra”, con la que logró el premio Casa de Poesía Silva y el VI Premio de Poesía Carlos Héctor Trejos”. También fue finalista del Premio Nacional de Poesía en el 2015.

Sin embargo, la creación es mucho más de lo que puede acuñar este capítulo y son muchos más los nombres que seguramente se quedan por fuera, aunque merecen siempre su mención prolongada como Jorge Eliécer Zapata Bonilla, Roberto Vélez Correa, Jesús Arenas, Delio Mejía, Samuel Velásquez Botero, Alfredo Martínez Orozco, Alberto Morales, Natalia de Sánchez, Óscar Echeverri Mejía, entre muchos, muchos otros.
Color salmón
Diversos son los nombres que LA PATRIA le ha dado a sus suplementos literarios. Todo comenzó desde los “Sábados Literarios” de 1921, pasando luego a los domingos con Letras e Ideas. Por los años el nombre fluctuó, al igual que el día de publicación.

El domingo 2 de febrero de 1992 se estrenó “Papel Salmón”, como suplemento dominical del periódico. Su eslogan: “Creación y vida” y ha sido el cuartel para la promoción de las artes en Caldas.

En la portada de su primer número se explicó que “Papel Salmón” se dedicará a artes plásticas, literatura, cine, video, televisión, arquitectura, artes gráficas, música, teatro, astronomía, ecología, bienestar, moda y otros tantos temas que hicieron que este suplemento no se ciñera exactamente con un contenido, sino que pudiera amoldarse a la movida cultural y social.

Michael Jackson hizo parte de una portada; también se habló de cultural, literatura, televisión; del Festival Internacional de Teatro de Manizales, de los muy refrendados Juegos Florales como instrumento de identificación de las letras de Caldas y, también, sirvió como plataforma para la publicación de diferentes obras, poemas cortos, o complejos escritos de muchos autores regionales.
Animador cultural
En sus inicios, Papel Salmón ocupó el color que era típico de los periódicos económicos y fue una manera de trasgredir un poco en el concepto. Su tamaño fue universal para las primeras ediciones, hasta luego pasar a tamaño tabloide en el que estuvo la mayor parte de su circulación. Después, se procuró tenerlo como una lectura de bolsillo y desde el 2020 está incluido dentro de tiraje de las ediciones sabatinas.

Su aporte a la divulgación de la cultura en Manizales y Caldas aún es incalculable, por cuanto ha mantenido siempre su vocación de ser vocero y pregonero de las letras que han escrito en molde o en algoritmo la esencia de una región y de miles de pensamientos divergentes.