Convulsa, emocionante y compleja, esa es la historia tras la existencia por un tercio de siglo del ferrocarril en el departamento y su final que abrió paso a los vehículos y desintegró un mecanismo que hoy pudo haber tenido otro valor. Esta línea de tiempo los lleva a vivir lo que sucedía por esa época y se contaba en las páginas de LA PATRIA.
1922 - 1923
En abril, Manizales empezó a gozar de los servicios del cable aéreo. Luego, en 1923, Caldas consiguió un préstamo de 25 millones de dólares para construir el Ferrocarril, pues el padecimiento de incendios que causaban daños a la infraestructura de la ciudad eran constantes y, por tanto, este medio de transporte fue un apoyo para movilizar el cemento y el hierro necesarios para la restauración de Manizales.
Para la ejecución de ese proyecto fue crucial la extensión del cable aéreo que venía de Villamaría hasta San Antonio, con la finalidad de transportar los materiales que permitieron la construcción de la carrilera para el tren.